
Hola todos!
¿Alguno de mis innumerables lectores me habrá extrañado? Es difícil escribir para un público al que no se conoce. A veces uno cree que sólo leen el blog los parientes y amigos cercanos, unos pocos comentan….los demás guardan silencio. Hasta tu gran amiga que vive en Madrid y que insistió tanto para que escribieras no aparece ni siquiera para decirte que te dediques a otra cosa, que esto no da para más.
Y si, recuperada la triste sombra que es hoy mi auto, me parecía que no había de donde agarrarme para continuar con el blog de la peatona.
Pero hoy me llegó un comentario de Pablo, alguien a quien no conzco, animándome a seguir. Y fue muy lindo leerlo porque me dije: hay vida del otro lado.
Durante estas semanas descubrí que soy muy positiva cuando los problemas son grandes, pero me fastidio muchísimo cuando hay miles de problemas chiquitos, como todos los derivados de la burocracia. Eso hace que mi sentido del humor se vaya a la loma del kinoto y en esas condiciones no quería escribir, ojo, no es que no quiera que conozcan la faceta malhumorada que hay en mí, sino que realmente no juntaba ganas después de los paseos en bondi (líneas 10-11-12-13-19-32-75-31-83). Esto que en un comienzo era una novedad, o si se viaja sin apuro puede ser entretenido, se transformó en un padecimiento cuando los señores encargados de dependencias varias te hacen ir y venir varias veces porque nunca te dicen de una todo lo que te hace falta para el trámite. Entonces lo que fastidia es saber que si hicieran bien su trabajo, si al menos armaran carteles con los requisitos para cada caso, eso no ocurriría.
Tanto viaje en bondi, leyendo una selección de comedias de George Bernard Shaw impresa en papel de biblia y que pesa un montón, terminó por provocarme un contractura cervical que me dejó knock out. Por suerte Elsa y Sofi, mis fisioterapeutas preferidas arreglaron el desperfecto, además de hacer de cada sesión un momento muy divertido. También fue bueno que Sofi me recibiera con un “extraño tu blog!”; y además Elsa es de las mías, la típica que cuando la vida le da palos se hace una cabaña. Bueno yo en estos últimos 5 meses he completado un complejo de dos y tres dormitorios con baño en suite.
Otra cosa que me motivó a escribir es que se acabaron los problemas chicos y apareció uno muy grande con lo cual mi humor va retornando de a poco. El problema es económico, serio, y no puedo dar más datos.
Tenía muchos planes para el año próximo pero tendré que suspender algunos;lo que no voy a suprimir es el de bailar flamenco. Y explico porqué. Me he dado cuenta de que no tengo los pies sobre la tierra, más bien levito. Creo que vivo en Suiza, ya lo dije. Creo que nadie me va a robar, que el bondi vendrá en horario, que la gente es puntual y que los empleados públicos son eficientes. A pesar de todo lo que me pasó salgo al jardín, dejo la bici sin candado en la puerta de la panadería, camino por barrios algo malandras sin miedo (por obligación, caso el sector donde está la sede de la verificación policial) y así al infinito. Pienso que bailar flamenco va a ser mi mejor terapia, para pisar fuerte, decir aquí estoy, y hacerle buh! a los malvivientes de toda clase.
Haré el intento de seguir escribiendo, espero encontrar el humor para hacerlo, ya que material siempre hay, y si no….haré magia.
Un beso a todos y gracias por estar ahí. Aunque recuerden que necesito feed back, no sean vagos!